Mientras revisaba fotos en su móvil, esta chica se dio cuenta de que estaba un poco pálida, así que decidió pedir cita en un salón de bronceado. La rubia no paró de insinuarse delante del encargado, que acabó muy cachondo al ver el cuerpazo de la rubia. De hecho mientras ella estaba tumbada, pudo ver como le ponía delante de las narices su polla dura. En un principio se enfadó con él pero luego, cerró con llave la habitación para que nadie pudiera molestarlos y aprovechó para follárselo y salir de allí morena y bien follada.