Para celebrar San Valentín, invité a mi novia a cenar a un restaurante de esos pijos y caros, la verdad es que la velada estaba siendo de lo más romántica hasta que la golfa de mi novia me propuso echar un polvo rápido en el baño. Es una chica a la que le encanta probar todo tipo de experiencias sexuales y la verdad, es que esta fue única e inolvidable. Nos metimos en el baño de hombres y después de que ella me hiciera una mamada muy fogosa mientras me miraba fijamente a los ojos, se apoyó sobre el lavamanos para que se la metiera y la hiciera disfrutar a base de bien.
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